La Verdad de Albacete
El sacerdote Miguel Giménez, relacionado diariamente con el colectivo de inmigrantes subsaharianos que viven en Albacete, pidió ayer, desde el respeto más absoluto, que no se utilice a los trabajadores extranjeros para evitar el cierre del campamento de La Dehesa.
En declaraciones a este diario, el sacerdote opina que la sociedad albacetense debería «reconocer» el trabajo que el Ayuntamiento capitalino está realizando a favor de los inmigrantes, teniendo en cuenta que esta Administración no tiene competencias en su atención: «Quizá con toda la buena voluntad y sin ánimo de hacer daño, hay colectivos que están utilizando a los muchachos sin darse cuenta de que lo único que pueden conseguir es que se queden solos en la calle», dijo.
Con la experiencia que le dio vivir durante cinco años en Burkina Faso y el continuo contacto que mantiene en Albacete con los subsaharianos, Miguel Giménez consideró que con esta «manipulación» están enfrentando a los inmigrantes con los funcionarios y con las administraciones, mientras el «benefactor» se va a su casa con calefacción y comida en el frigorífico. Recordó que muchos de ellos han trabajado en Huelva o Valencia donde han dormido «bajo árboles o en la ribera del río», por lo que contar con un campamento con casetas y mantas en las camas en Albacete «les hace estar contentos y a gusto». No en vano, «cuando se quedan sin trabajo vuelven a esta ciudad para encontrar un sitio en el campamento».
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