400 inmigrantes viven en las calles de Albacete
La Verdad de Albacete
Durante todo el verano la parroquia de La Purísima está atendiendo a cerca de un centenar de inmigrantes subsaharianos que se ven obligados a malvivir en la calle por la falta de plazas en los recursos municipales. La iniciativa partió de esta parroquia al comprobar que eran muchos los inmigrantes subsaharianos que vivían en la zona del Parque Lineal, en las inmediaciones del albergue, a la espera de obtener una plaza.
Por ello desde principios del mes de julio habilitó un local de la parroquia para permitir que entre 30 y 35 personas pueda pasar la noche y evitar que lo hagan en la calle, «aún a sabiendas que no reúne las condiciones necesarias» reconoció el párroco de La Purísima, Javier Avilés.
«Pretendíamos evitar la situación de deterioro y de abandono que supone tener que dormir en la calle», aclaró el sacerdote albaceteño, que explicó que muchos de los inmigrantes que tenían que pasar la noche en la vía pública habían sufrido incluso varios robos. Junto al alojamiento nocturno allí también se ofrecen entre 40 y 50 cenas y desayunos. Todo este dispositivo está atendido por voluntarios de Cáritas de La Purísima y por otros voluntarios, entre ellos los del Colectivo de Apoyo a Inmigrantes, que aportan sus propios recursos para poder atender las necesidades que tienen los subsaharianos. Los alimentos se compran con los recursos aportados por los voluntarios y por el Banco de Alimentos de Albacete.
Aunque inicialmente estaba previsto que fueran poco más de 20 los que pasaran la noche en el local, la gran demanda ha hecho que tengan que ser entre 35 y 40, aunque tienen que hacer dos turnos, porque se atiende a prácticamente el doble. Cada turno pasa la noche en este local habilitado por la parroquia de La Purísima durante una semana y cuando transcurre este tiempo tienen que dejar su sitio al siguiente turno y volver a pasar la noche en la calle. Todos tienen en el local sus pocas pertenencias, y pese a las pequeñas dimensiones, todo está ordenado y bien colocado. Allí también se ha habilitado un pequeño patio en el que pueden ducharse aunque eso sí con una manguera y sobre una tarima que han facilitado los grupos de scouts, y pueden utilizar los aseos de la parroquia.
Sin trabajo
Son pocos los que tienen un trabajo, porque la crisis económica y el endurecimiento de las medidas contra el trabajo clandestino también han pasado factura al empleo para inmigrantes «aunque trabajo en condiciones de explotación siempre hay», denunció el párroco de La Purísima. Además, la incorporación de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea ha hecho que tampoco haya mucho trabajo para los extranjeros no comunitarios. Avilés aseguró que muchos de ellos trabajan en la economía sumergida, de lo que responsabilizó a algunos empresarios a los que pidió que facilitaran el alojamiento de las personas a las que emplean.«El que trabaja está dispuesto a pagar su alojamiento», argumentó el sacerdote albaceteño, que reconoció que «tienen un sentido de la dignidad y del amor propio grandísimo, por lo que no les gusta tener que depender de otro ni que mendigar».
El principal problema al que se enfrentan los subsaharianos es que no encuentran un alojamiento donde dormir porque son pocos los que están dispuestos a alquilar una vivienda a inmigrantes y porque los recursos del Ayuntamiento «son claramente insuficientes».
Más implicación
Por ello criticó que las administraciones no realicen los esfuerzos suficientes para atender a estas personas que viven en la calle y lamentó que tengan que ser otras instituciones las que tengan que atenderlos. Aunque reconoció el «esfuerzo» realizado por el Ayuntamiento a la hora de poner en marcha recursos como el albergue municipal y el campamento de La Dehesa, aseguró que no son suficientes y pidió a las administraciones local, regional y estatal mayor implicación. Y es que estiman que son en torno a 400 los inmigrantes que viven en la calle durante el verano en Albacete «y eso sólo en el entorno del Parque Lineal», situación que teme que se alargue durante el invierno «porque este año no hay trabajo en las campañas agrícolas para que se marchen a otros lugares a trabajar».
La parroquia informó tanto al Ayuntamiento como a la Subdelegación de esta iniciativa «y sólo recibimos una respuesta por parte de la Subdelegación que nos decía que lo tendría en cuenta para las rondas de la Policía». Casi todas las personas que se atienden en La Purísima son originarios de Mali, pero también hay alguno de Guinea Conakry y de Burkina Faso, y casi todos musulmanes, aunque no les ha supuesto ningún problema tener que alojarse en el local de un templo cristiano «porque hay una gran convivencia intercultural e interreligiosa».
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