A partir de la última quincena de julio las remesas han vuelto a subir, aunque los responsables de los locutorios de Ciudad Real lo atribuyen a un efecto de la paga extra
Los responsables de varios locutorios de Ciudad Real coinciden en destacar que se ha producido un bajón en las remesas de dinero a otros países en los últimos meses, aunque han remontado de nuevo en el mes de julio, creen que por efecto de la tradicional paga extraordinaria
La más precisa es la responsable de La Galería, Yolanda Sevillano, quien afirma que desde el pasado mes de marzo se han reducido en un 20 por ciento tanto el número de envíos como las cantidades remesadas.
En otros negocios de este tipo, como La Luz, que regenta Jesús Caballero, no se ha reducido tanto el número de gestiones realizadas, pero sí las cantidades que se envían: «Desde hace unos tres meses puede que se esté negociando un 30 por ciento menos, sobre todo porque se envía menos dinero», explica.En este sentido, detalla que ahora son muy frecuentes los envíos de 150 euros al mes, cuando hace un par de años lo habitual eran cantidades muy superiores.
En una línea muy similar se muestra Ricardo Cuello, responsable del locutorio San Juan, quien explica que normalmente las remesas que se envían oscilan entre los 100 y los 1.500 euros, pero en los últimos meses las cantidades que se remiten a otros países están más cerca de la parte baja de la horquilla que de la alta.
Sin embargo, esta situación no es homogénea entre todo el colectivo inmigrante. Cuello afirma que quienes más han reducido sus envíos son los ciudadanos rumanos, aunque lo atribuye a que también la economía del país de los Cárpatos está sintiendo el efecto positivo de la entrada en la UE. Por el contrario, el país hacia el que se realizan más envíos desde su locutorio es Ecuador. En estas apreciaciones coincide la responsable de La Galería.
A su vez, Caballero y Sevillano coinciden de nuevo en que, por sexos, las mujeres son mucho más constantes y siguen enviando más o menos lo mismo, pero ellos han reducido mucho sus aportaciones. «Aquí, casi todo el trabajo para los hombres es de construcción o en el campo y si son los que están dando más paro, no pueden enviar a sus familias», afirma Caballero.
Gastos no reducibles.
Cuello introduce otra segmentación referida al uso que se da al dinero en el país de destino. «Quien envía para el día a día de su familia tiene menos problemas para reducir lo que manda, porque con una cantidad más pequeña les puede valer, sobre todo si es poco tiempo, pero quien tiene un gasto fijo porque está pagando una casa o saldando una deuda, ése no puede recortar», comenta. Pese a todo, los responsables de los locutorios se muestran más preocupados por la situación de algunos clientes que por su propio negocio. Tal vez porque la facturación por remesas depende más del número de operaciones que se realicen que de su cuantía y en cualquier caso, son sólo un apartado secundario de los muchos servicios que prestan.
Desde luego, Sevillano tiene muy claro que hay crisis: «Uno de mis clientes habituales lleva un tiempo durmiendo en la calle porque no encuentra trabajo y con lo que le sale no le pagan lo suficiente para meterse siquiera en una habitación», relata.
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