El juez levanta el secreto de sumario sobre la "Operación Altar", que se ha saldado con la detención de 13 nigerianos, un ghanés y un ciudadano de Zimbawe a los que se les imputan delitos de falsedad documental, y contra los derechos de los extranjeros y los trabajadores
9 de los detenidos estaban empadronados en Azuqueca, y una -la única mujer- en Trijueque
Realizaban falsificaciones de todo tipo de documentos: desde pasaportes, DNI o NIE, hasta certificados de penales de sus países de origen
El magistrado titular del Juzgado de Instrucción 3 de Guadalajara ha levantado el secreto del sumario sobre la operación llevada a cabo por la Guardia Civil el pasado martes y que sirvió para desmantelar a una tupida red de inmigrantes africanos que se dedicaban a la falsificación y venta de todo tipo de documentos oficiales, destinados a conseguir simular estancias legales en nuestro país.
Asímismo, también se ha confirmado que la red se dedicaba a la concertación de matrimonios de conveniencia para obtener nacionalidad española, y se investiga también sus posibles contactos con redes clandestinas de tráfico de inmigrantes sin papeles.
La subdelegada del Gobierno, Araceli Muñoz, y el teniente coronel Castañeda, jefe de la Comandancia de Guadalajara, han dado esta mañana cuenta de los detalles de la "Operación Altar", desarrollada íntegramente desde Guadalajara, y que ha fraguado, hasta el momento, con la detención de 15 personas de entre 22 y 41 años, 13 de ellas nigerianas, otra de Ghana y una más de Zimbawe. De ellas, nueve estaban empadronadas en Azuqueca, otra en Trijueque, otra en Torrejón de Ardoz, y cuatro más en Alcalá de Henares. Se les imputan delitos de falsedad documental, inmigración ilegal y contra los derechos de los trabajadores. Media docena de los detenidos ya está a disposición judicial, el resto lo harán en cuanto terminen de prestar declaración en la Comandancia de la Guardia Civil.
La operación implicó, en su fase final, a un total de 60 agentes, que actuaron en tres viviendas de Azuqueca y una de Alcalá, donde desmantelaron un complejísimo y avanzadísimo laboratorio dedicado a falsificar pasaportes, DNI, NIE (Números de Identificaciónd e Extranjeros), carnés de conducir, cartillas bancarias, certificados de empadronamiento, e incluso documentos de países africanos que reflejaban datos penales, o de otro tipo. Contaban con avanzada tecnología, sellos de agua falsificados, plastificadoras, escáneres y cámaras digitales, y ordenadores portátiles con software de última generación, con el que desarrollaban los documentos.
De entre los 15 detenidos, hay cuatro personas a las que se identifica claramente como los cabecillas de la red. Esta tenía clientes por todo el Corredor del Henares (las autoridades creen que han realizado al menos 500 operaciones de falsificación) a los que vendían los documentos falsificados por precios que oscilaban entre los 300 y los 1.500 euros.
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