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domingo, 3 de agosto de 2008

Los malos tragos de Gani

La Tribuna de Toledo


La Junta y el Ayuntamiento se han hecho cargo de este joven nigeriano en los últimos meses, tras retirarle el CD Toledo el alojamiento y la manutención


A Gani se le derrumbó encima su pequeño mundo cuando se enteró de que tenía que abandonar el piso que compartía con otros jóvenes desde hace unos meses. Para un chaval de 16 años que se recupera de las secuelas y lesiones del atropello de un vehículo, que tiene a su madre en Nigeria, a miles de kilómetros, y que apenas chapurrea algo de castellano por necesidad, los últimos meses se han convertido en un mal trago. Pero cada uno vence las dificultades como puede y Gani sigue soñando con jugar al fútbol profesional algún día y con ganar mucho dinero para traer a su madre de Nigeria.


«Gracias por preocuparte por mí», solía decir Gani para agradecer las muestras de cariño y las constantes visitas que recibió en el Hospital Virgen de la Salud durante el tiempo que permaneció encamado. Al joven le atropelló, probablemente, una furgoneta en la Travesía del Salto del Caballo el 8 de marzo. A partir de ahí, se le cambió la cara porque estuvo una larga temporada ingresado tras sufrir un pequeño derrame cerebral, que le mantuvo en un coma inducido durante unos días, y la operación de una fractura de tibia y peroné en su pierna derecha, una lesión de mala suerte para un futbolista.


La fuerza de este joven del que no se supo cómo llegó a Toledo le devolvió las ganas de recuperarse y de acudir a la rehabilitación para volver a jugar. Esa es su obsesión, aunque sus conocidos más cercanos todavía no saben si la pierna derecha se le quedará perfecta. Pero Gani se enfrenta a otras muchas dificultades por ser un menor sin familia y por los problemas económicos que atraviesa el Club Deportivo Toledo, que dejó de pagar el alquiler y la manutención del joven nigeriano en mayo o junio. Los donativos recaudados también sirvieron para el aparato que tuvo que llevar en la pierna y para la manutención del joven cuando se quedaba sin dinero.


La solidaridad de otros chavales y de sus conocidos, responsables de algunas parcelas del club, no resultó suficiente y éstos se vieron obligados a pedirle ayuda al alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, quien atendió el caso e intervino para que la Junta de Comunidades pudiera facilitarle un piso de acogida y tutelase a este menor. Y en esta ocasión, Gani también tuvo suerte, aunque lo pasó mal porque los trámites que llevaron su tiempo y se veía en la calle, al encontrarse con un compañero de piso con el que comparte muchas más cosas aparte del color de la piel. El otro joven guineano, tampoco se conoce cómo llegó a la ciudad, también acudió al ‘Toledo’ para jugar al fútbol. Y aunque no tenía condiciones para que le fichasen, el entrenador de los juveniles, Santi García, consiguió que pudiera entrenar con ellos para que mejorasen algunos pequeños problemas de salud.


El entrenador desconoce si Gani sigue o no perteneciendo al club, pero confía en que las administraciones le ayuden a continuar con sus clases de castellano, que comenzó hace algunos meses, y solucionen las dificultades que continúa teniendo para acudir a la rehabilitación. Gani se agarra a lo que conoce y aunque el club no pasa por sus mejores momentos, algunos días se presenta allí para que alguien le ofrezca llevarle a la rehabilitación.


Pero eso depende de la solidaridad de las personas que se encuentren allí en ese momento y de que sus conocidos puedan hacerle el favor. Por eso, García espera que se resuelva esta situación para que el joven no se encuentre desamparado a la hora de acudir a su rehabilitación ni dependa de unos y de otros.

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