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lunes, 6 de octubre de 2008

Los extranjeros temen por los permisos de trabajo al dejar de cotizar a la Seguridad Social


La Tribuna de Ciudad Real


Los colectivos que trabajan con inmigrantes detectan un aumento de la picaresca y el miedo para mantener el mínimo de cotizaciones sociales necesarias para las renovaciones


La Seguridad Social perdió en CiudadReal en los meses de julio y agosto 861 afiliados en alta de nacionalidad extranjera sobre un total de 15.588 inscritos. En este tiempo, el descenso en el régimen general fue 871 afiliados.

Aunque la orientación se invierta cuando se conozcan las cifras de afiliación de septiembre debido a las contrataciones de vendimia, el temor a no cotizar lo suficiente se está extendiendo entre los trabajadores extranjeros con permiso de residencia, en especial, aquellos que están a menos de un año de renovar su permiso de residencia y trabajo.

La agente sociocultural de la Asociación de Inmigrantes Los Andes, Dilma Nelly García, afirma que desde poco antes del verano se están notando los problemas. «Cada vez viene más gente a preguntar si tenemos alguna oferta de trabajo, nuestra pequeña bolsa de empleo no es suficiente y a muchos los derivo a otras instituciones que también tienen programas similares, pero no hay muchas ofertas» comenta.

Preguntas inquietantes.

Desde el Centro de Información de Trabajadores Extranjeros (CITE) de CCOO, Nuria Bejarano, advierte que algunas de las preguntas que le plantean los inmigrantes que temen perder sus empleos le producen inquietud por la situación a la que pueden verse abocadas estas personas. «Me han llegado a preguntar si pueden trabajar sólo a cambio de las cotizaciones sociales, sin sueldo», afirma. Según su explicación, quienes le plantearon esta cuestión contaban con sobrevivir de la solidaridad de las redes de inmigrantes asentados en España.

Una variante de esta propuesta que también llegó a como consulta a la mesa de Bejarano fue la posibilidad de que el empresario que despide mantenga en alta al trabajador. Este abonaría tanto la parte del trabajador como la del empresario y trabajaría en la economía sumergida.

La técnico de CCOO valora como «terrible» que sean los trabajadores quienes en su desesperación planteen fórmulas que además de ser fraudulentas, les abocan a la economía sumergida.

Según la normativa de extranjería, para renovar el permiso es necesario haber cotizado a la Seguridad Social, como mínimo, la mitad del periodo de vigencia de la autorización que se revisa. En personas que viven de encadenar contratos temporales, como muchos extranjeros, un largo periodo sin empleo hace que afloren los temores.

A su vez, García reconoce que se está recurriendo a la picaresca, «sobre todo entre las empleadas de hogar y muy especialmente quienes tiene ahora su primer permiso, porque saben que lo tendrán que renovar muy pronto». Una de los recursos habituales ante el temor a perder el empleo es ofrecerse al empleador a descontarse de su sueldo los costes sociales.

Otra fórmula menos drástica es el recurso al autoempleo, un pequeño negocio que facilite unos ingresos. Esta opción tiene la dificultad de que en el caso de los inmigrantes no comunitarios no pueden cambiar su permiso como trabajadores por cuenta ajena a por cuenta propia hasta que se cumpla el plazo de vigencia de la tarjeta.

De esta forma, la afiliación media de extranjeros en el régimen de autonómos, que en diciembre era de 1.395 personas, llegó hasta los 1.635 inscritos durante el mes de mayo. Pero a partir de ese máximo bajó hasta el pasado mes de agosto, cuando quedó en 1.565 afiliados.

De los distintos regímenes de la Seguridades Social, el más numeroso en cuanto a trabajadores extranjeros inscritos es el general, aunque su tendencia es más errática, puesto que presenta altibajos en la inscripción de trabajadores en distintos momento del año. En agosto redujo hasta 9.069 afiliados después de haber alcanzado un máximo de 10.010 en abril.

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