El Mercantil Valenciano
Para poder comprar alimentos básicos, doce inmigrantes subsaharianos posan en un polémico calendario
Hay calendarios de todo tipo, de futbolistas, de falleros, de obreros,... pero hasta hoy no había un almanaque en el que los protagonistas fueran personas inmigrantes. Sus cuerpos esconden celosamente los rasgos de haber sufrido y sus creencias les ha hecho dudar si ésta iniciativa es realmente positiva, pero la precaria situación laboral y la escasez de alimentos les ha hecho participar.
"Al principio pensábamos que la iniciativa sería más complicada de llevar a cabo, pero la verdad es que pronto surgieron los doce voluntarios para participar", explica Miguel López Torosa, responsable de la idea y miembro del Colectivo de Apoyo al Inmigrante de Albacete. Según cuenta el precursor, el proyecto surgió a raíz de los múltiples calendarios que se hacen por estas fechas. "Pensé que sería una buena idea hacer algo parecido y lo propuse a la entidad. Pero ésta no la ha apoyado porque a raíz de los comentarios y críticas de otras asociaciones han decidido desvincularse".
Pese a la oposición de algunos colectivos, como la Asociación Cultural Islámica de Albacete, Miguel siguió adelante con el calendario solidario porque "si se comercializa medianamente bien, cada uno de los subsaharianos podrían conseguir 500 o 600 euros. Con esa cantidad, podrían sobrevivir ocho o nueve meses más porque ellos, sobre todo, se gastan el dinero en cubrir sus necesidades básicas".
Dificultades para hacer las fotos
El encargado de hacer los retratos y dar forma a la iniciativa fue el hijo de Miguel, Adolfo López. "No fue fácil porque entre los inmigrantes hay muchos musulmanes que no les parecía bien desnudarse para unas fotos", comenta Adolfo recalcando que ésto mismo ocurrió en el Colectivo de Apoyo al Inmigrante ya que "algunos miembros nos decían que cómo íbamos a hacer esto si la entidad siempre ha luchado contra la explotación sexual". Pero padre e hijo siguieron adelante porque "la gente tiene que comer".
Otra de las complicaciones previas fue el miedo de los subsaharianos a que la policía les detuviera. "Muchos de ellos no tienen papeles así que tenían miedo de ser expulsados. Por eso se les dijo que si lo deseaban, su rostro estaría oculto", explica el fotógrafo sobre las inquietudes de estos inmigrantes que tienen entre 21 y 28 años.
Más de mil fotos
Finalmente, los doce pasaron por el estudio, donde Adolfo realizó más de 1.000 fotos y se armó de paciencia para enseñarles a posar. "Ninguno de ellos había hecho algo similar y fue algo complicado, pero no tanto como pensaba porque en un día lo terminamos todo", comenta el autor. Según explica, el almanaque se está vendiendo muy bien e, incluso, "algunas ONG lo han solicitado para venderlas ellas mismas. Por Internet también hemos tenido un cierto éxito". Pero esto es un caso aislado pues la venta es ambulante y la realizan los doce improvisados modelos por las calles de Albacete, localidad en la que se ha realizado el calendario.
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