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lunes, 15 de diciembre de 2008

Las dificultades económicas 'empañan' la festividad musulmana del cordero

La Verdad de Albacete


La Fiesta del Cordero es la mayor celebración musulmana del calendario lunar. Se podría comparar con la tradición local de la matanza, pero lleva una carga religiosa que va más allá de los tintes folclóricos. Los musulmanes vuelven a reunirse en familia, en torno al animal sacrificado, para rezar y compartir lo que tienen con los más pobres.
Pero esta celebración dista mucho en Albacete de lo que pueda ser en Marruecos o en Senegal. Aquí el cordero no se puede sacrificar en las casas y la mayoría de los inmigrantes se ven obligados a recordar con tristeza a la familia que no está con ellos. A la nostalgia, se suma el hecho de que son tiempos difíciles para los musulmanes, ya que la mayoría son inmigrantes que están sufriendo la crisis económica con crudeza.

Así, el centenar de personas que aún permanece en el campamento de La Dehesa empieza a tener dificultades para conseguir alimento y vive con la amenaza de cierre planeando día tras día. El responsable del Centro Cultural Islámico, Mostafá Smabi, recordaba que en Albacete se sacrificaron ayer más de medio millar de corderos para conmemorar el día grande. Además, centenares de fieles se dieron cita en el Polideportivo de la Vereda de Jaén porque el Centro Islámico ya se quedó pequeño para la celebración del Ramadán. No obstante, los musulmanes no se podían olvidar ayer de los pobres. De hecho, las familias deben reservar un tercio de su cordero para aquellos que apenas si podrán comer a lo largo de los tres días de fiesta. Para cumplir con esta tradición, el Centro Islámico repartió ayer seis corderos y visitó el campamento de La Dehesa. También la ONG Diatikiya-Lolo se desplazó el domingo hasta las casetas prefabricadas para repartir pollo y cordero.

Sin embargo, ayer, a la hora de la comida, el campamento estaba mudo. La lluvia, el frío y la falta de medios para celebrar la festividad del cordero habían dado lugar a que los inmigrantes se encerraran en sus casetas.

Todos son conscientes de que el campamento se va a cerrar, pero nadie sabe qué camino tomar. La mayoría de las ONG de la Mesa de Inmigración pide que los habitantes de La Dehesa no se enfrenten a la expulsión en fechas tan difíciles como el mes de diciembre. Y es que al frío y la lluvia se le suman el hecho de que no hay trabajo para los 'sin papeles' ni en la campaña de la aceituna.

Más allá de la carne
Smabi lamentaba ayer que no todos los musulmanes pudieran afrontar los entre 80 y 200 euros que puede costar un cordero, aunque insistió en que la clave no está en la carne sino en el significado espiritual.

La fiesta del cordero conmemora el momento en el que el profeta, cuando iba a sacrificar a su hijo como ofrenda, recibió la orden de su dios de canjearlo por un cordero. Se acababan así los sacrificios humanos para buscar a Dios a través de la humildad y la entrega.

No hay que olvidar que ya hay centros islámicos, con sus mezquitas, en Albacete, Hellín, La Roda y Villarrobledo. Se calcula que en la provincia rezan a Alá más de diez mil personas de doce nacionalidades diferentes, quienes ayer celebraron su día grande, la festividad del cordero, a la que acompañarán dos jornadas más de fiesta. Coincidió con La Inmaculada, pero cabe señalar que las fiestas musulmanas varían porque dependen del calendario lunar.

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