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La vendimia de 2008 se presenta rara. No por la cantidad o por la calidad de la uva, que se esperan buenas; tampoco por la meteorología, ni siquiera por el siempre polémico proceso de contratación de jornaleros o por la incertidumbre de precios. Más allá de la cosecha, los viticultores y las bodegas andan inquietos por los cambios, drásticos en muchos casos, que traerá la nueva política europea (OCM) para el mercado del vino.
Si la de este verano fuera una campaña de vendimia normal empezaríamos contando que en Castilla-La Mancha se espera una cosecha de 22 millones de hectólitros de vino, de los que unos cinco millones se producirán en la provincia de Toledo, que verá aumentar su cosecha un 13% con respecto a la del pasado año (éstos son los cálculos que hace la Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha, UCAMAN). También sería importante contar que se espera una buena calidad de la uva, ya que no ha habido ningún problema en la sanidad vegetal y las condiciones meteorológicas han sido favorables.
Sin embargo son otras cuestiones las que están inquietando a los viticultores: las consecuencias que traerá la aplicación de la nueva OCM del vino, que ya ha entrado en vigor, y los efectos que las distintas medidas que contempla tendrán sobre sus rentas. La medida estelar de esta nueva política europea del vino (que persigue ante todo regular un mercado excedentario, equilibrando la ingente oferta con la estancada demanda) es el plan para arrancar viñedo, cuyo plazo para presentar solicitud ya ha finalizado. Las generosas subvenciones -que oscilan entre los 1.740 y los 14.760 euros por hectárea arrancada, en función de sus rendimientos- han animado a miles de agricultores a presentar expedientes para el arranque de unas 65.000 hectáreas en Castilla-La Mancha, según los datos de UCAMAN, o unas 55.000 según los cálculos de ASAJA (la consejería de Agricultura y Desarrollo Rural aún no ha dado cifras, sí las ha ofrecido el ministerio de Medio Natural, Rural y Marino, que en una primera estimación calcula entre 70.000 y 75.000 las hectáreas que suman los expedientes presentados en todo el país).
Sean cuales sean las hectáreas que finalmente se arranquen (se dice que en Castilla-La Mancha no podrán superar las 50.000 hectáreas en el primer año de este plan, que finalizará en la campaña 2010-2011), lo cierto es que para la vendimia de 2009 se notará ya una reducción significativa de la producción, que es en definitiva lo que persigue, en una primera fase, la nueva OCM del vino. Organizaciones agrarias y cooperativas ven con naturalidad este proceso de reducción de la capacidad productiva.
Sin embargo, es en lo único en lo que coinciden. El sector vitivinícola de Castilla-La Mancha no ha sido capaz de ponerse de acuerdo ni en sus propuestas de reforma de la OCM del vino ni en su valoración de lo finalmente aprobado. Las mayores discrepancias -al menos, públicas- se dan entre UCAMAN y Asaja. Mientras que el presidente de las cooperativas, Villafranca, sostiene que “la aplicación de la nueva OCM, a corto plazo, va a impactar de manera muy negativa sobre la renta de decenas de miles de viticultores y sobre la viabilidad de cientos de bodegas”, los dirigentes regionales de Asaja, Villena y Fresneda, defienden lo logrado en una negociación en la que esta organización planteó desde un principio el mantenimiento de las rentas de los viticultores. “La propuesta de la Comisaria europea de Agricultura era cero dinero para los agricultores, cero. Sin embargo, hemos logrado rescatar el dinero de las medidas de mercado (que desaparecen) para el pago único a los agricultores… El logro de una buena renta en el sector deberá basarse en la competitividad, acuerdos estables entre los agentes y su profesionalización”, reflexiona Asaja.
LA CONTRATACIÓN PARA LA VENDIMIA SE NORMALIZA
El proceso de contratación de jornaleros para la campaña de la vendimia 2008, casi todos ellos inmigrantes, se está desarrollando con normalidad. Y esto es la noticia, después de años plagados de polémicas y conflictos entre la autoridad laboral, los sindicatos y los empresarios agrícolas.
El proceso de contratación de jornaleros para la campaña de la vendimia 2008, casi todos ellos inmigrantes, se está desarrollando con normalidad. Y esto es la noticia, después de años plagados de polémicas y conflictos entre la autoridad laboral, los sindicatos y los empresarios agrícolas.
Según los cálculos de ASAJA, en Castilla-La Mancha se van a contratar a unos 29.500 trabajadores. Asaja Toledo estima que en la provincia gestionarán la contratación de unos 5.000 jornaleros. “Serán casi todos extranjeros, sobre todo rumanos y búlgaros, aunque hay una zona de la provincia que también contrata a portugueses, comenta a esta revista la secretaria general de Asaja Toledo, Blanca Corroto. Este año no ha sido necesario ir a buscar el contingente fuera, porque se han hecho las previsiones con mucha antelación y cada empresario ha ido contratando a los suyos”.
Pese al fuerte incremento del paro en España, en general, y en la provincia de Toledo en particular, desde Asaja se estima que no va a trabajar más gente nacional en la vendimia que en los últimos años. Para dar normalidad a la campaña desde el punto de vista laboral, la consejería de Trabajo y Empleo de Castilla-La Mancha, a través del SEPECAM, ha creado este año por primera vez y como experiencia piloto el Centro Gestor de Campañas Agrícolas, con oficinas móviles que han recorrido los principales municipios vitivinícolas.
Según la información facilitada por la consejera, Mª Luz Rodríguez, hasta finales de agosto unas 500 empresas habían solicitado jornaleros a través de este centro gestor, mientras que 3.000 personas habían presentado solicitud para trabajar en la vendimia. Este Centro Gestor funcionará para el resto de las campañas agrícolas.
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