La Verdad de Albacete
Este colectivo pide que los extranjeros cumplan con las mismas obligaciones y normas cívicas que el resto de ciudadanos de Albacete Basuras acumuladas, ratas, robos, e inseguridad centran sus quejas
Cual poliedro la integración social de los cientos de ciudadanos de otros países que buscan en Albacete la segunda oportunidad que la vida les niega en su tierra de origen, tiene múltiples caras. Y no todas nos ofrecen la misma perspectiva.
Y es que integrar no es lo mismo que integrarse, aunque en ambos casos conlleva un importante costo humano. Los vecinos de la Hoya de San Ginés en la capital albaceteña lo saben bien. Desde hace dos años se enfrentan a una nueva situación, la llegada masiva de inmigrantes que malviven en distintas fincas y parcelas de esta zona.
Una situación que les está ocasionando no pocos dolores de cabeza, tal y como relatan dos representantes de la futura Asociación de Propietarios de la Hoya de San Ginés, organización ésta que en estos momentos se encuentra en proceso de constitución.
El día a día
Basuras acumuladas a lo largo del camino de la Pulgosa, ratas campando a sus anchas, malos olores, robos e inseguridad, se han convertido en escenas demasiados cotidianas de esta barriada. Y los vecinos ya no aguantan más.
Cansados de sufrir en sus carnes estos problemas han recurrido al Ayuntamiento para solicitar ayuda y pedirle a la Administración local que haga cumplir también a los ciudadanos extranjeros las normas cívicas que se les exigen a cualquiera de los vecinos, es decir que respeten las leyes y ordenanzas municipales.
No obstante, hasta ahora se sienten como si clamasen en el desierto. Y es que la Administración, según se lamentan, lejos de darles algún tipo de solución les ha derivado a otro servicio. En concreto desde el Ayuntamiento les instaron a que se dirijan a la Casa de la Solidaridad y que allí expliquen su caso para que este departamento lo estudie.
Una respuesta que les hace sentirse aún más impotentes e indefensos. A ello se suma el clima de inseguridad que sufren. Tanto los que no viven todo el año allí, como los que residen de forma habitual en la Hoya de San Ginés temen ausentarse de sus hogares. ¿El motivo? No es la primera vez que han entrado en sus casas. De hecho, algunos vecinos han llegado a encontrarse cara a cara con los asaltantes. Denuncias que también han trasladado a la Policía.
En todo caso el suyo, subrayan, no es un problema de xenofobia o racismo sino de convivencia y de falta de interés a la hora de integrarse en la sociedad en la que viven y de respetar sus costumbres. De hecho, lo único que piden estos vecinos es que los inmigrantes cumplan con las mismas obligaciones que cualquier otro ciudadano para así poder gozar de los mismos derechos. Y para que cumplan con ellas es necesario que se les informe de las mismas y eso es lo que le solicitan a la Administración y a las asociaciones que trabajan con extranjeros, que les enseñen a respetar cuestiones básicas de urbanidad.
También reiteran que esta situación no es nueva y que llevan varios años ya soportándola mientras unos y otros hacen oídos sordos a su problema. Una cuestión, a la que no se le da solución, que se torna en insostenible en verano con la proliferación de asentamientos en la zona en los que cada vez hay más inmigrantes.
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