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sábado, 12 de julio de 2008

Hedor, suciedad, ratas y riesgo de incendios en el entorno de Cereales Saltó

Los de La Estacadilla no son los únicos vecinos hartos de las molestias que les ocasiona tener un asentamiento de inmigrantes al lado de su casa. La familia Useros sufre una situación parecida, pues su domicilio, en la calle Salobral, está junto a la nave de Cereales Saltó, donde malviven decenas de inmigrantes rumanos.

Hace unos días hicieron llegar un escrito a la alcaldesa, Carmen Oliver, también a la Subdelegación del Gobierno y a la Consejería de Sanidad, cansados de que tras cinco años denunciando su situación -en este asentamiento vive gente todo el año- no se les escuche. Ese año, en mayo, avisaron a la concejal de Inmigración, Rosa Pérez Iniesta, para que tomase medidas frente a la inminente llegada del verano, «pese a lo cual el número de asentados se ha multiplicado por cinco».

La familia Useros denuncia que la situación es «insostenible» por el «hedor que emana de los solares colindantes, donde defecan a diario y vierten los deshechos domésticos», una suciedad que ha dado lugar a la «proliferación de insectos y ratas».

Por ello, solicitan que el Ayuntamiento de Albacete desaloje este asentamiento, igual «que ha consentido y permitido que tenga lugar un año más». Y es que niegan que la zona se limpie de vez en cuando, como dijo la alcaldesa, -«la última limpieza tuvo lugar hace más de cuatro meses»-, o que se sientan intimidados por algo desconocido como dice la concejal de Inmigración «lo que nos intimida -dicen- es lo sobradamente conocido, los incendios por negligencia, los empalmes de los cables de alta tensión en mitad del camino, los robos a las viviendas, las ratas de cuatro kilos... y cualquier cosa que ponga en peligro a nuestros hijos».

Una casa de citas también perturba la paz

Si el asentamiento supone un problema para muchos de los vecinos de la zona, existe otra cosa que perturba su paz, se trata de un club de alterne. La casa de citas se encuentra justamente ubicada en la parcela de al lado de la nave de azulejos Valdi, donde residen los inmigrantes, como comenta el vecino que vive enfrente, Miguel Ángel Tornero. «Es del mismo propietario. La casa lleva funcionando un año, pero ahora le están dando más publicidad».

Al parecer hasta ahora, sólo se anunciaba en el periódico, pero actualmente han editado folletos, con planos explicativos que conducen al lugar, con lo que la afluencia de clientes ha aumentado considerablemente, algo que no alegra a los vecinos. «Es el chalé Santa Bárbara y muchos días se ven coches por allí. La policía y la Guardia Civil lo saben, pero sigue ahí».

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