Radio Azul
El número de asentamientos irregulares en Las Pedroñeras se ha reducido en los últimos días de cuatro a dos después de que la Guardia Civil desalojara la semana pasada a unas 60 personas que vivían en el pinar de Miravillas y que muchos de los inmigrantes se estén marchando por su propio pie debido a la falta de trabajo este año en la campaña del ajo.
En este momento, según un informe de la Policía Local de Las Pedroñeras, al que ha tenido acceso Radio Azul-Cadena SER, quedan aún dos campamentos en otros tantos pinares de la localidad en los que, en total, viven, o mejor dicho malviven, aproximadamente unas 220 personas, en su mayoría familias completas de rumanos y portugueses de etnia gitana con niños incluso de corta edad. Sin luz ni agua potable y en pésimas condiciones de higiene se cobijan en tiendas de campaña y chabolas fabricadas con plástico y cartones. Cocinan en fuegos improvisados al aire libre y rodeados de la basura que recogen y hacinan en las inmediaciones y, de momento, no son atendidos por ningún tipo de servicio social o asistencial. La Guardia Civil sólo puede proceder a su desalojo con una orden judicial y previa denuncia del propietario del pinar.
“No tienen agua potable, por tanto se tienen que acercar a las fuentes cercanas. No hay tanto trabajo como había otros años y la verdad es que cuando estuvimos había mucha gente que no estaba trabajando”, ha señalado Yolanda Picazo, concejala de Bienestar Social de Las Pedroñeras.
De los asentamientos que todavía se mantienen, el más numeroso es el que está situado cerca de la bodega “El Fabián”, visible desde la nacional 301, donde esta misma mañana la Policía Local contabilizaba unos 150 inmigrantes que viven agrupados por nacionalidades conformando auténticos “barrios” de rumanos, portugueses y, en menor cuantía, de magrebíes. La policía cree muchos de ellos proceden del asentamiento de Miravillas que fue desalojado la semana pasada. El segundo campamento que aún se mantiene en pie es el del pinar de Navaltocón, en el que la policía local calcula que se alojan unas 70 personas. Todos cuentan con permiso de residencia pero la mayoría carece de permiso de trabajo por lo que no son contratados por los empresarios.
Una situación muy diferente a la de los temporeros que se alojan en los albergues de UPA y ASAJA, en su mayoría marroquíes con contrato de trabajo que viajan solos. “Los albergues están llenos de gente marroquí que viene sola. Son dormitorios más comunes y es más complejo meter a una familia en el albergue. En los albergues los agricultores sólo meten a los agricultores que trabajan con contrato de residencia como con posibilidades de contratarlos. La gente que está en los pinares sí que tienen permiso de residencia porque son portugueses y rumanos, pero no tienen permiso de trabajo”, ha aclarado Picazo.
A los inmigrantes de estos dos asentamientos habría que sumar otras 50 ó 100 personas que, según la Policía Local, se alojan igualmente en tiendas y chabolas que montan por la noche y desmontan por el día en diversos lugares del extrarradio del municipio. Algunos de estos emplazamientos, utilizados sobre todo por magrebíes, están tan escondidos que su localización resulta muy difícil.
En el citado informe, la Policía Local ha podido comprobrar que al no trabajar, muchos inmigrantes de nacionalidad rumana obtienen dinero o alimentos a través de pequeños hurtos y robos en comercios y vehículos forzados, como ya les adelantó Radio Azul-Cadena SER. La Policía Local calcula que entre 500 y 600 inmigrantes están todavía en Las Pedroñeras a la expectativa de poder trabajar en la campaña del ajo, muchos procedentes del sector de la construcción.
Según el Ayuntamiento, un 70 por ciento de ellos ya están trabajando y los que no lo hacen se están marchando por sí mismos a otras zonas productores de ajo al comprobar que la campaña de este año en Las Pedroñeras no está siendo buena y los agricultores están echando mano de sus familias para la recogida y el corte. A diferencia de Las Pedroñeras, en San Clemente, otra de las localidades a la que durante el verano llegan decenas de inmigrantes, la Policía Local aún no tiene constancia este año de ningún asentamiento.
Según ha podido saber Radio Azul, la Guardia Civil sospecha que los autores de los robos producidos en casas de campo y naves agrícolas de San Clemente desde principios de junio son inmigrantes que viven fuera de esta localidad. En el capítulo de incidentes, destacar que el pasado viernes por la tarde, según ha confirmado la Delegación del Gobierno, un inmigrante portugués de 72 años de edad y de etnia gitana falleció por causas naturales en el campamento situado cerca de la bodega “El Fabián”.
En este momento, según un informe de la Policía Local de Las Pedroñeras, al que ha tenido acceso Radio Azul-Cadena SER, quedan aún dos campamentos en otros tantos pinares de la localidad en los que, en total, viven, o mejor dicho malviven, aproximadamente unas 220 personas, en su mayoría familias completas de rumanos y portugueses de etnia gitana con niños incluso de corta edad. Sin luz ni agua potable y en pésimas condiciones de higiene se cobijan en tiendas de campaña y chabolas fabricadas con plástico y cartones. Cocinan en fuegos improvisados al aire libre y rodeados de la basura que recogen y hacinan en las inmediaciones y, de momento, no son atendidos por ningún tipo de servicio social o asistencial. La Guardia Civil sólo puede proceder a su desalojo con una orden judicial y previa denuncia del propietario del pinar.
“No tienen agua potable, por tanto se tienen que acercar a las fuentes cercanas. No hay tanto trabajo como había otros años y la verdad es que cuando estuvimos había mucha gente que no estaba trabajando”, ha señalado Yolanda Picazo, concejala de Bienestar Social de Las Pedroñeras.
De los asentamientos que todavía se mantienen, el más numeroso es el que está situado cerca de la bodega “El Fabián”, visible desde la nacional 301, donde esta misma mañana la Policía Local contabilizaba unos 150 inmigrantes que viven agrupados por nacionalidades conformando auténticos “barrios” de rumanos, portugueses y, en menor cuantía, de magrebíes. La policía cree muchos de ellos proceden del asentamiento de Miravillas que fue desalojado la semana pasada. El segundo campamento que aún se mantiene en pie es el del pinar de Navaltocón, en el que la policía local calcula que se alojan unas 70 personas. Todos cuentan con permiso de residencia pero la mayoría carece de permiso de trabajo por lo que no son contratados por los empresarios.
Una situación muy diferente a la de los temporeros que se alojan en los albergues de UPA y ASAJA, en su mayoría marroquíes con contrato de trabajo que viajan solos. “Los albergues están llenos de gente marroquí que viene sola. Son dormitorios más comunes y es más complejo meter a una familia en el albergue. En los albergues los agricultores sólo meten a los agricultores que trabajan con contrato de residencia como con posibilidades de contratarlos. La gente que está en los pinares sí que tienen permiso de residencia porque son portugueses y rumanos, pero no tienen permiso de trabajo”, ha aclarado Picazo.
A los inmigrantes de estos dos asentamientos habría que sumar otras 50 ó 100 personas que, según la Policía Local, se alojan igualmente en tiendas y chabolas que montan por la noche y desmontan por el día en diversos lugares del extrarradio del municipio. Algunos de estos emplazamientos, utilizados sobre todo por magrebíes, están tan escondidos que su localización resulta muy difícil.
En el citado informe, la Policía Local ha podido comprobrar que al no trabajar, muchos inmigrantes de nacionalidad rumana obtienen dinero o alimentos a través de pequeños hurtos y robos en comercios y vehículos forzados, como ya les adelantó Radio Azul-Cadena SER. La Policía Local calcula que entre 500 y 600 inmigrantes están todavía en Las Pedroñeras a la expectativa de poder trabajar en la campaña del ajo, muchos procedentes del sector de la construcción.
Según el Ayuntamiento, un 70 por ciento de ellos ya están trabajando y los que no lo hacen se están marchando por sí mismos a otras zonas productores de ajo al comprobar que la campaña de este año en Las Pedroñeras no está siendo buena y los agricultores están echando mano de sus familias para la recogida y el corte. A diferencia de Las Pedroñeras, en San Clemente, otra de las localidades a la que durante el verano llegan decenas de inmigrantes, la Policía Local aún no tiene constancia este año de ningún asentamiento.
Según ha podido saber Radio Azul, la Guardia Civil sospecha que los autores de los robos producidos en casas de campo y naves agrícolas de San Clemente desde principios de junio son inmigrantes que viven fuera de esta localidad. En el capítulo de incidentes, destacar que el pasado viernes por la tarde, según ha confirmado la Delegación del Gobierno, un inmigrante portugués de 72 años de edad y de etnia gitana falleció por causas naturales en el campamento situado cerca de la bodega “El Fabián”.
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