Nueva Alcarria
Cáritas, Guada-Acoge, Accem y la Delegación Diocesana de Migraciones mostraron ayer su satisfacción ante el desarrollo de la Semana de las Migraciones de 2009, una cita que comenzó el pasado lunes y concluyó ayer con la intención de sensibilizar a la población acerca de la realidad migratoria y poner en común la riqueza de las diferentes culturas con presencia en Guadalajara. El acto de clausura comenzó con la misa presidida por el obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, y continuó con una fiesta multicultural en la que tuvieron presencia hasta una docena de nacionalidades. Para terminar, los asistentes, unas 400 personas, compartieron un ágape.
“Soy Antonio. De Guinea, de Brasil y de todas partes”. Con esta frase, pronunciada por uno de los inmigrantes que participó ayer en el Domingo de las Migraciones, se resume a la perfección la esencia de esta fiesta y de toda la actividad desarrollada durante la Semana de la Migración, una nueva edición de este programa anual que persigue la integración social de todos los vecinos de Guadalajara, sea cual sea su procedencia.
Cáritas, Guada-Acoge, Accem y la Delegación Diocesana de Migraciones han sido, una vez más, los colectivos encargados de esta iniciativa integradora. Su empeño hizo que ayer se llenara casi al completo el teatro del Colegio Salesiano, donde tuvo lugar el acto artístico intercultural que sirvió de broche de oro a la Semana de las Migraciones. Previamente, la parroquia María Auxiliadora había acogido la misa presidida por el obispo de Guadalajara, José Sánchez, acompañado en la ceremonia por Don Emilio, el párroco titular del templo.
Hacia las 12.00 horas dio comienzo la fiesta propiamente dicha, para cuya puesta en escena colaboraron muchos de los inmigrantes que utilizan los servicios de información y ayuda prestados por los colectivos organizadores. Fueron ellos los que llenaron el escenario de colorido al presentar las banderas de Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, República Dominicana, Rumanía y Senegal.
Las banderas ondearon juntas para expresar simbólicamente la unión de distintas nacionalidades en una misma tierra. Acto seguido, el protagonismo lo acaparó una niña brasileña de tres años que, pese a su corta edad, interpretó con desparpajo varias canciones, como Vamos a despertar porque ha amanecido, Los siete enanitos de Blanca Nieves y Vamos a coger castañas.
La fiesta prosiguió su curso con la puesta en escena de una pequeña parte de la cultura española a través de la interpretación de unas sevillanas que arrancaron los aplausos de los allí presentes, tanto vecinos autóctonos, como nuevos residentes de otros países. Entre el público pudieron verse también algunas caras conocidas de la política local, como los concejales populares del Ayuntamiento de Guadalajara, Encarnación Jiménez, encargada del área de Promoción Económica y Comercio, y Alfonso Esteban, responsable de Hacienda.
Ellos también fueron testigos del animado baile realizado por una pareja de bailarines de Guinea Ecuatorial, con música tradicional de su país. Lo mismo hicieron los siguientes participantes, un matrimonio rumano que, ataviado con un traje típico de Rumanía, interpretaron un par de canciones de su folclore con el ánimo de darlo a conocer. Después de ellos, el turno le tocó a la ronda de Fontanar, quien se encargó de mostrar parte de la cultura guadalajareña interpretando varios villancicos de Navidad, así como algunas jotas y seguidillas.
Durante el acto, se aprovechó también para hacer entrega de su premio a la ganadora del concurso de fotografía sobre inmigración celebrado durante esta semana. Laura Bravo fue merecedora de los 150 euros en material fotográfico cedido por el estudio de Nacho Abascal por su obra, una instantánea que retrata una escena de El Congo.
Al término de la representación de la Ronda de Fontanar, la organización esperaba a los asistentes con un pincho de comida de lo más variado, dispensado en el gimnasio del colegio Salesiano gracias a la colaboración desinteresada tanto de los organizadores, como de los colaboradores inmigrantes, que ofrecieron platos típicos de Perú, Marruecos o Rumanía, entre otros. Entre los platos, también pudo verse representación española gracias a varias tortillas de patatas y encurtidos variados.
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lunes, 19 de enero de 2009
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