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lunes, 26 de enero de 2009

El dinero invertido en Las 600 y La Estrella apenas ha aliviado la marginalidad de estos barrios

La Verdad de Albacete

Los grupos políticos se pusieron ayer de acuerdo en la Comisión de Acción Social para remitir a la Dirección General de Fondos Comunitarios el proyecto Urbanitas, con el que el Ayuntamiento de Albacete aspira a acceder a 7 millones de euros de fondos estructurales para financiar este programa, presupuestado en 10 millones, con el que se pretende normalizar los barrios de La Estrella y La Milagrosa.

Son dos barrios distintos, pero que padecen por igual la exclusión. Los problemas de La Milagrosa tienen su origen en el propio nacimiento del barrio: una promoción de Seiscientas viviendas sociales construidas para erradicar el chabolismo de la ciudad en 1979 y que hoy concentran la peor situación sociolaboral de Albacete. Paro, drogas y delincuencia, son los tres grandes estigmas que arrastra su población.

600 reparaciones al año
La forma de vida marginal y la ausencia de unos hábitos de mantenimiento de las viviendas, ha ido degradando el barrio y las casas. A lo largo de 2007, el Ayuntamiento tuvo que hacer 664 reparaciones, lo que da una idea del estado en el que se encuentran. En los patios de vecinos la suciedad se acumula y como los pisos no tienen calefacción sus vecinos 'ingenian' modos para calentarse «peligrosos y conflictivos», lo que da lugar a conflictos vecinales.

Las administraciones han dedicado «cantidades ingentes» a reparar continuamente los pisos, pero siguen estando en mal estado pues los escasos recursos de sus inquilinos ha llevado a que algunos «hayan utilizado recursos materiales de las propias viviendas como recurso económico».

En los últimos años, inmigrantes con pocos recursos están llegando a Las Seiscientas -que se alquilan por una renta media de 200 euros al mes- e «incluso empiezan a darse casos de ocupación ilegal».ç

Justo al lado está el otro barrio desfavorecido de la ciudad, La Estrella, donde en los últimos cincuenta años se han ido agrupando las viviendas, pues hasta los 80 el trazado de las calles era un caos y las casas se habían construido de una forma dispersa. Aquí se ha hecho un esfuerzo construyendo grupos de viviendas unifamiliares adaptados a la población gitana -mayoritaria en este barrio- para que puedan mantener formas de vida que les son propias y se ha dotado el barrio de alcantarillado, agua potable y alumbrado. Todavía más de la mitad de los solares están libres, sin construir, aunque hayan sido 'ocupados' por improvisados corrales o almacenes de chatarra.

Las autoridades han invertido mucho esfuerzo y dinero en tratar de integrar a estos barrios, sin lograrlo. «Apenas se ha conseguido aliviar alguna dimensión del problema», admite el proyecto que ahora se va a remitir a la Unión Europea. El nuevo intento es acogerse al programa Urban, para lo que se ha diseñado el proyecto Urbanitas que recoge tres medidas principales: intervención sobre las infraestructuras del barrio, un plan de desarrollo sociocomunitario y la creación de una incubadora de empresas y acciones de formación.

El objetivo, bastante ambicioso, es que en el año 2013, fecha para la que el plan llegará a su fin, ambos barrios no requieran de una atención especial.

La medida 'estrella' de Urbanitas es derrumbar el «muro urbanístico» que separa a La Milagrosa y La Estrella del resto de la ciudad y para ello se quiere prolongar el Parque Lineal por la calle San Pedro hasta la carretera de Valencia, lo que conlleva la demolición de parte de Las Seiscientas -se estima que se verán afectados cuatro de los siete bloques, unas 200 viviendas-. Con esta medida se pretende eliminar las barreras físicas que impiden la integración efectiva de ambos barrios. La rehabilitación física de los barrios comprende, además, la remodelación de las calles, nuevos ajardinamientos, adecentar las fachadas y rehabilitar y modernizar algunos de los edificios de viviendas. El objetivo es que se mezcle la vivienda libre con la protegida y población de distinto estado social, situación económica, origen y edad. Es decir, acabar con el ghetto en el que se han convertido Las Seiscientas. Se pretende incorporar a constructores privados en esta operación. Esta actuación se llevaría la mitad del presupuesto de Urbanitas, en torno a cinco millones de euros.

Un plan social
Pero esta intervención física no servirá de nada si no se acompaña de un plan social. El proyecto diseñado prevé la puesta en marcha de una quincena de programas dirigidos a prevención de toxicomanías, inserción social de personas en riesgo de exclusión social, educación ambiental (Alba Verde), reconducir a los jóvenes que están en la calle (Alba Joven), integrar a minorías étnicas (Alba Caló) y a mujeres desfavorecidas (Alba Mujer), escolarizar a los niños (Alba familiar) e iniciarlos en la informática (Alba Chip). También se presta atención a la integración social de los mayores y personas dependientes (Alba senior) y se quiere ofrece actividades culturales y musicales a los niños y jóvenes como medio para ocupar su tiempo libre.

La tercera medida del proyecto Urbanitas pasa por crear una incubadora de empresas y acciones de formación par formar a numerosos vecinos del barrio que estén en paro en oficios que puedan generar empleo en estos barrios.

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