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domingo, 29 de junio de 2008

La crisis y el paro fuerzan a parte de los inmigrantes a dejar sus viviendas

La Tribuna
La crisis económica ha dado voz al sector de la construcción, que pasa por momentos delicados; a los transportistas, por el elevado coste del carburante; a los pescaderos, que han mantenido atracados los pesqueros durante semanas, pero no son los únicos trabajadores que se enfrentan como pueden a este periodo de inestabilidad o, mejor dicho, de reajuste como gustan llamarlo los expertos.

Los inmigrantes, sobre todo los trabajadores de la construcción, están pasando un verdadero calvario y, en muchos casos, puede llegar a comprometer su permanencia en el país. «Nos estamos encontrando con familias inmigrantes que llevaban años aquí y están dejando de pagar las hipotecas de sus viviendas porque se han quedado sin empleo. En otros casos también las mujeres y los hijos están volviendo a sus países mientras los maridos buscan una habitación en una vivienda por 150 euros para intentar salir adelante», relata Mohamed Bouzarad, coordinador de la Asociación de Inmigrantes del Polígono.

Conoce de cerca a muchos compatriotas marroquíes y la delicada situación a la que se están enfrentando muchas familias arraigadas y regularizadas como consecuencia de la crisis económica y de la paralización del sector de la construcción. Y el principal problema, según apunta, no es el paro temporal sino la falta de dinero a la hora de enfrentarse a las hipotecas y los alquileres de sus viviendas. «Los inmigrantes siempre son los primeros que resultan afectados en cualquier crisis», apunta. Por si acaso, aclara que ellos «no tienen la culpa de esta situación porque se trata de una recaída mundial».

Bouzarad reconoce que el colectivo está «un tanto preocupado» por los casos que conoce y la falta de liquidez de muchos extranjeros en paro desde la caída del empleo en la construcción.A pesar de que dentro de este colectivo suele haber mayor movilidad entre sectores de actividad, lo cierto es que la falta de especialización en muchos casos y el idioma en otros puede dificultar el acceso a otro empleo. «Muchos sudamericanos buscan trabajo en hostelería, pero los marroquíes no dominan el idioma y les resulta muy difícil encontrar un empleo».

Según se desprende de algunos estudios, la desaceleración en el sector de la construcción ha afectado de lleno a los inmigrantes, que alcanzan la mitad de los trabajadores en esta actividad.Sin embargo, en líneas generales el sector diana ha sido el de servicios, aunque el de la construcción ha dejado un reguero importante de inmigrantes parados que ahora intentarán recolocarse en la hostelería o en el campo, gracias a las cosechas de verano, para intentar soportar el embiste de la crisis. Si bien, los más afectados tanto en Toledo como en el resto de la región son los trabajadores sin cualificación porque a la hora de dar el salto a otro empleo el escollo puede llegar a ser insalvable.Aquel proceso de regularización masiva de inmigrantes durante 2005, que legalizó en la provincia de Toledo a más de 1.500 personas, está dejando fuera del sistema laboral a algunos trabajadores.

Para la Asociación de Inmigrantes, la preocupación por la situación económica es constante, pero se recrudece cuando piensa en el endurecimiento legal que se avecina para los inmigrantes sin papeles, un contigente numeroso pese a que sea invisible en las estadísticas.soluciones. Los sindicatos también aportan su visión de la problemática.

Desde CCOO, Amparo Herreros, responsable de Inmigración, asegura que los desempleados que está dejando la construcción y las empresas afines se ha notado en los últimos meses. Además, apunta que al Servicio Público de Empleo (Sepecam) también le está afectando las disparadas tasas de paro -que se han cobrado más de 8.000 puestos de trabajo en la provincia en un año- como confirma la reducción del catálogo de ocupaciones que publica trimestralmente. «No hay empleo y esto está provocando muchas dificultades a los extranjeros».
El inmigrante, al igual que cualquier otro trabajador, intenta optar por otro empleo ajeno al sector de la construcción, como la hostelería, o sigue un itinerario de formación en búsqueda de una especialización que le abra puertas a otros puestos más estables y duraderos.

Herreros reconoce que las campañas agrícolas veraniegas se convertirán en esa tabla de salvamento para un buen número de extranjeros, si bien, la subida de las hipotecas y la imposibilidad de continuar pagándolas para parte de los inmigrantes dan cuenta del grave problema que están dejando a su paso la crisis y el desempleo en Toledo, que alcanza ya a 34.901 parados.

Para la responsable de Juventud y Empleo de UGT, María José del Valle, estamos afrontando una época de «reajuste», dado que antes o después tenía que bajar la construcción, que suelen pagar los más desprotegidos y los que tienen contratos más precarios».Aún es pronto para aportar datos, pero reconoce que la desaceleración en la construcción se nota respecto a 2007, sobre todo, en los sectores auxiliares, que han dejado en el paro a numerosas mujeresEn relación a las campañas agrícolas, Del Valle recuerda que los convenios del campo son muy pobres y esas condiciones económicas también suponen un buen escollo.

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