Hay más ciudadanos marroquíes o ecuatorianos con permiso de residencia que los inscritos en el padrón, cuando la tendencia general es al contrario
La Tribuna
DIEGO FARTO / CIUDAD REAL
DIEGO FARTO / CIUDAD REAL
Las principales fuentes estadísticas para medir la población extranjera son el padrón de habitantes y las cifras de personas con certificado de registro de extranjeros (ciudadanos comunitarios) o los titulares de una tarjeta de residencia (no comunitarios) y a veces parecen incompatibles entre sí.
La primera relación la elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la segunda el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Ya es habitual que aquella tenga unos números más abultados que ésta. Así en Ciudad Real, el padrón de habitantes a 1 de enero de 2008 contabiliza 40.231 extranjeros, mientras que la estadística de tarjetas y certificados del 31 de diciembre de 2007 dejaba la cifra en 28.545 personas, que en la cuenta a 31 de marzo de este año llegaron ya a 30.201.
La explicación de urgencia pasa por decir que en enero había casi 12.000 extranjeros sin papeles en la provincia de Ciudad Real, pero es una apreciación a matizar.
Por una parte, la propia administración reconoce que una parte del descuadre corresponde a personas que se les ha agotado el permiso de residencia y están tramitando el siguiente. Esta cifra es imposible de conocer con exactitud, de modo que mientras duren los trámites los solicitantes desaparecen a efectos estadísticos, su situación es legal, pero no se les suma.
Pero esta vez hay un dato histórico que arroja algo de luz. Justo en estos meses se está produciendo la segunda renovación del permiso de quienes se beneficiaron del proceso de normalización del año 2005, por el que se regularizó la situación en la provincia de casi 6.000 personas.
Puesto que la primera renovación, en 2006, contabilizó 4.600 beneficiarios, ésta es más o menos la cifra de quienes han agotado la validez de permiso de residencia por dos años y están solicitando el de tres años. Pero también hay otros muchos extranjeros en trámite de renovación de permisos de residencia o incluso la residencia permanente que no participaron en el proceso de normalización y de las que no es posible dar una cifra aproximativa.
Permisos por provincia. Es difícil precisar el número de ciudadanos extranjeros que tienen permiso de residencia para otra provincia, pero viven en Ciudad Real, dónde sí están empadronados. Por supuesto, el proceso inverso, gente con permiso para vivir aquí que está en otra provincia, también se da.
Por otro lado, si se observan las cifras por países en una y otra tabla, no en todos los casos hay más empadronados que titulares de certificados o permisos de residencia. Por ejemplo, los 4.328 marroquíes con tarjeta que residían en la provincia al acabar 2007 están por encima de los 4.192 que constaban en el padrón un día más tarde, y en marzo los titulares del permiso llegaron a 4.479. Algo similar ocurre con los ciudadanos ecuatorianos y ucranianos.
El presidente de la Asociación Provincial de Inmigrantes Marroquíes, Mustafá Tourabi, explicó que en el caso de sus nacionales, la diferencia entre empadronamientos y permisos obedece a varias razones. «Hay muchos jóvenes que cambian constantemente de residencia en busca de trabajo y no se empadronan hasta que ven que están en un sitio en el que se pueden quedar», explica. Otra cuestión es que ante la subida de los alquileres, hay personas que han buscado otra casa más barata. En muchas ocasiones el ahorro es a base de pagar en B, pero en estos casos el casero prefiere no hacer contrato, lo que es un obstáculo para solicitar el empadronamiento. Por último, Tourabi refiere que hay bastantes casos de personas que han vuelto a Marruecos pero no se han dado de baja en el Ayuntamiento. «A mí también me devuelven bastantes cartas de personas que se han ido», se lamenta.
La primera relación la elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la segunda el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Ya es habitual que aquella tenga unos números más abultados que ésta. Así en Ciudad Real, el padrón de habitantes a 1 de enero de 2008 contabiliza 40.231 extranjeros, mientras que la estadística de tarjetas y certificados del 31 de diciembre de 2007 dejaba la cifra en 28.545 personas, que en la cuenta a 31 de marzo de este año llegaron ya a 30.201.
La explicación de urgencia pasa por decir que en enero había casi 12.000 extranjeros sin papeles en la provincia de Ciudad Real, pero es una apreciación a matizar.
Por una parte, la propia administración reconoce que una parte del descuadre corresponde a personas que se les ha agotado el permiso de residencia y están tramitando el siguiente. Esta cifra es imposible de conocer con exactitud, de modo que mientras duren los trámites los solicitantes desaparecen a efectos estadísticos, su situación es legal, pero no se les suma.
Pero esta vez hay un dato histórico que arroja algo de luz. Justo en estos meses se está produciendo la segunda renovación del permiso de quienes se beneficiaron del proceso de normalización del año 2005, por el que se regularizó la situación en la provincia de casi 6.000 personas.
Puesto que la primera renovación, en 2006, contabilizó 4.600 beneficiarios, ésta es más o menos la cifra de quienes han agotado la validez de permiso de residencia por dos años y están solicitando el de tres años. Pero también hay otros muchos extranjeros en trámite de renovación de permisos de residencia o incluso la residencia permanente que no participaron en el proceso de normalización y de las que no es posible dar una cifra aproximativa.
Permisos por provincia. Es difícil precisar el número de ciudadanos extranjeros que tienen permiso de residencia para otra provincia, pero viven en Ciudad Real, dónde sí están empadronados. Por supuesto, el proceso inverso, gente con permiso para vivir aquí que está en otra provincia, también se da.
Por otro lado, si se observan las cifras por países en una y otra tabla, no en todos los casos hay más empadronados que titulares de certificados o permisos de residencia. Por ejemplo, los 4.328 marroquíes con tarjeta que residían en la provincia al acabar 2007 están por encima de los 4.192 que constaban en el padrón un día más tarde, y en marzo los titulares del permiso llegaron a 4.479. Algo similar ocurre con los ciudadanos ecuatorianos y ucranianos.
El presidente de la Asociación Provincial de Inmigrantes Marroquíes, Mustafá Tourabi, explicó que en el caso de sus nacionales, la diferencia entre empadronamientos y permisos obedece a varias razones. «Hay muchos jóvenes que cambian constantemente de residencia en busca de trabajo y no se empadronan hasta que ven que están en un sitio en el que se pueden quedar», explica. Otra cuestión es que ante la subida de los alquileres, hay personas que han buscado otra casa más barata. En muchas ocasiones el ahorro es a base de pagar en B, pero en estos casos el casero prefiere no hacer contrato, lo que es un obstáculo para solicitar el empadronamiento. Por último, Tourabi refiere que hay bastantes casos de personas que han vuelto a Marruecos pero no se han dado de baja en el Ayuntamiento. «A mí también me devuelven bastantes cartas de personas que se han ido», se lamenta.
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